lunes, 19 de abril de 2010

Gente más consumista: Desde una sociedad de consumo a ciudadanía de consumo



El siguiente trabajo trata sobre el significado de la cultura de consumo y consumismo. El cual, a través de la globalización se ha ido expandiendo hacia una sociedad de consumo. El consumismo, ha penetrado a la sociedad de tal manera, que esta, satisface todas sus necesidades en la “compra” de productos. Viéndonos dentro de una cultura de masas, que está a la orden de la “moda” y la pérdida de un sentido común más profundo del individuo. Hoy en día, ha penetrado de tal forma que nos podemos considerar como ciudadanos consumistas, donde el vendedor nos trata como un igual si tenemos dinero para consumir.



Introducción

Vivimos en una epoca donde la sociedad se define donde compra, que compra y que usa, el cual, la marca le da el status al individuo, dejando de lado la condición social, económica y política. Se unen las tribus urbanas por igual, sin ninguna condición solo el ser de esa tribu; las parejas, las familias, los amigos se juntan a comer (consumir) a los malls, que en nuestra ciudad o largo y ancho del país se han ido expandiendo. La sociedad de consumo crece, en la medida que crea la necesidad de consumir, el consumir se ha masificado gracias a la globalización y a la epoca post-moderna, el cual, estamos insertos.
En la actualidad la sociedad, consume para olvidar sus penas individuales, para dejar de lado hechos conflictivos, para satisfacer sus ansiedades, para demostrar un gesto de cariño, en fin: “consumimos para consumir”. La inexistencia de un parámetro, ha puesto en cuestionamiento a académicos sobre “el fin en sí mismo” del consumo, que hoy en día, en la sociedad post-moderna, nos hace en una condición igualitaria, donde somos todos iguales en la medida que tengamos el dinero para consumir, las tarjetas para endeudarnos y el trabajo para abarcar las deudas. Ya no solo, somos iguales a la hora de votar y ante los derechos, sino más bien, la globalización ha provocado que a través del consumismo, el individuo sea igual que el más rico ante el más pobre, o el más pobre ante el más rico en el momento comprar un producto.
En este articulo, se intentara de dar una reflexión frente a la disyuntiva de la sociedad de consumo, conjuntamente a la sociedad ciudadana, el cual, comparten un concepto en común, la visión de un individuo igual a la hora de consumir/votar, como se ha dado esta relación en la sociedad chilena y como la sociedad de masas ha ido masificándose gracias a los procesos globalizadores de la epoca post-moderna.



Consumo

El individuo es un consumista por naturaleza, ya que, en primera instancia consume para satisfacer sus necesidades humanas, como también para satisfacer otras necesidades. El individuo consume sin pensarlo, como si fuera una forma rutinaria. Como lo establece el sociólogo Zygmunt Bauman, en su libro “vida de consumo”, indica que no hay dudas de que, consumir es una parte integral y permanente de todas las formas de vida que conocemos, ya sea, por los relatos históricos o por los informes etnográficos (Bauman 2007: 43), por otro lado Colin Campbell establece que, el que consume se torna particularmente importante, en la vida de la mayoría de las personas, el propósito mismo de su existencia, un momento en que nuestra capacidad de querer, de desear y de anhelar y en especial nuestra capacidad de experimentar emociones repetidamente, es el fundamento de toda la económica, de las relaciones humanas” (Campbell 2004:27).
Parece relevante, cuestionarse el papel del consumo en la sociedad actual, ya que, se ha vuelto una práctica tan habitual, el cual, ha pasado ser parte del quehacer normal del individuo, donde torna a experimentar sensaciones y emociones frente al consumo. Hemos sido llevados a través de la globalización, hacia una conducta de consumo, donde la satisfacción humana se relaciona con lo que compramos, el materialismo se ve reflejado en mientras más compran, mientras más regala un padre a su hijos cosas, la expresión de cariño a través de un gesto fue cambiada por un objeto que la misma globalización otorga.


Consumismo

El sociólogo Zygmunt Bauman, explica que el consumismo es un tipo de acuerdo social que resulta de la reconversión de los deseo, ganas o anhelos humanos, en la principal fuerza del impulse y de operaciones de la sociedad, una fuerza que coordina la reproducción sistémica, la integración social y la formación del individuo humano, como también desempeña un papel en los procesos individual y grupales de auto identificación (Bauman 2007: 47), el consumismo pasa a ser un atributo de la sociedad existente, mientras que el consumo es un rasgo del individuo humano. El consumismo pasa ser un adjetivo, el cual, el sujeto es la sociedad, donde contiene variados complementos directos e indirectos que completan a una sociedad más sofisticada a través del tiempo.
En la actualidad, nos encontramos con que el individuo es consumista, donde Juan Pérez, aparte de ser padre, trabajador, hijo, esposo, es un consumista para la globalización, para las empresas y el mundo. Todo individuo es un consumista y en la medida que la globalización va avanzando en su desarrollo tecnológico, aumenta el consumo. La globalización a provocado que el consumo llegue a toda la sociedad, hasta el más pobre, pero también exige a la misma el consumo, el cual, es un esclavo. En otros términos, somos dominados por la globalización, que ha provocado, una cultura de masas, el cual, la característica principal de esta sociedad es la del consumo, somos dominados por las tendencias de otras culturas, dominados por la elección de otras modas y productos; no, se nos preguntan que consumir, sino mas bien, nos imponen en un stand, donde lo que se encuentra ahí es lo única opción de consumir. El Mercado establece, que hay una variedad de gamas de productos, pero también esta misma no deja la participación de las excepciones, que quieren seguir lo impuesto por el Mercado. El cual, la única manera de seguir manteniéndolos en la dominación del consumo, es aumentar su capacidad de consumir, el cual, se les expone a nuevas tentaciones, manteniéndolos en un estado de ebullición continua, de permanente excitación (Bauman 2000: 47)



Somos una sociedad de consumo

La sociedad de consumo tiende a satisfacer los deseos humanos en un grado que ninguna otra sociedad del pasado, pudo o soñó hacerlo (Bauman 2007: 71), el cual, a través de una denigración y devaluación de los artículos de consume se va manteniendo o perpetuando el consume en sí mismo.
La sociedad de consumidores se refiere a un conjunto especifico de condiciones de existencia bajo las cuales son muy altas las probabilidades de que la mayoría de los hombres y mujeres adopten el consumismo antes que cualquier otra cultura, donde esta sociedad, interpela a sus miembros, fundamentalmente en cuanto a su capacidad como consumidores, en otras palabras, la sociedad de consumidores implica un tipo de sociedad que promueve , aliena o refuerza la elección de un estilo y una estrategia de vida consumista y que desaprueba toda opción cultural alternativa (Bauman 2007: 77-78).
La sociedad de consumo, es el resultado de la globalización, el consumismo y el consumo. Donde el individuo, no se diferencia, no hay un reconocimiento de edad o genero, como también desconoce las distinciones de clases. Es una sociedad igualizada frente a un consumo de productos e ahí la semejanza del ciudadano. La sociedad de consumo, no distingue entre pobre o rico, entre clase baja o clase alta, entre mujer, hombre, homosexual, travesti, sino más bien, ha hecho un mundo identificable y necesario para sentirse satisfecho. Hoy en día, vemos que los malls son el lugar donde no hay una distinción de clase, genero o edad, sino mas bien el individuo ahí se ve igual como tal, ya que posee el dinero para poder consumir. Nos igualizamos frente a lo que tenemos en el bolsillo para consumir, es por ello que se existe el ciudadano consumidor.


De una sociedad de consumo a ciudadanía de consumo

La sociedad de consumo ha provocado que el ciudadano chileno, visite constantemente a los negocios, a los malls, a tiendas comerciales, para poder satisfacer sus necesidades más precarias como puede ser la soledad, la pena, la distracción, pero también, esta sociedad de consumo trata por igual a todo individuo.
No hay una distinción, por ser de clase ABC1 o clase B, de vivir en la Dehesa o vivir en la Pincoya, para las tiendas comerciales, mientras tengamos el dinero para poder consumir, somos un igual, “mientras más apostamos, más atrayente somos para el consumismo”, consumimos más en la medida que vamos sintiendo satisfacción y es la sociedad de consumo, la que le ha dado el sentido a esta característica de la globalización. Mientras los centros comerciales están construidos de manera tal que mantengan a la gente en movimiento, pero no por mucho tiempo, lo que imposibilita a detenerse para platicar, intercambiar opiniones, conversar y pensar sobre cosas que carezcan de valor comercial (Bauman 2002).
El ciudadano consumista es un individuo que se ha homogeneizado a través de la transacción del dinero por producto y que a la vez ha obtenido una satisfacción de la transacción. La sociedad de consumo ha ideado un plano de homogenealizacion del individuo, de forma tal, que ya no es la única forma donde este se sienta igual que otro. Sabemos que una de máximas igualitarias que el ser humano práctica, es el derecho a sufragio y la obtención de sus derechos, el cual, constitucionalmente el hombre es igual frente a cualquier causa, somos iguales a la hora de votar y es en esa instancia donde cada voto pesa lo mismo – el voto del gran empresario, hasta la del señor que vende sopaipillas en la calle -. La sociedad de consumo, ha llegado esa igualdad de condiciones a una práctica generalizada y recurrida normalmente por el individuo, el consumo. El hecho de poseer la misma moneda o dinero, donde los precios son fijos, podemos sentirnos iguales, frente a la hora de consumir un producto, donde es posible encontrarse en un teatro el mismo gran señor empresario, al lado, de la señora que es vendedora de una tienda. El consumismo en la práctica, nos hace iguales a la hora de comprar, pero dominados a la hora de decidir, ya que, el individuo decide dentro de un marco que el propio mercado determina – aludiendo a la cantidad de productos que podría estar en una tienda, donde hay de una marca y no otra - .
Es por ello, que se puede definir como ciudadanos consumidores, ya que, es el mismo ciudadano que se ve inmerso dentro de esta situación, que el propio mercado consumista nos lleva a consumir.



Conclusión

Con la llegada de la globalización, el individuo se vio dentro de una lógica globalizante, donde los productos se vendían a bajo costo, como también se producían de forma más rápida. Con esto, también se trajo consigo, que la propia sociedad se fuera adaptando a estas circunstancias, de un hombre que vivía para vivir, ahora vive para consumir y trabaja para pagar lo consumido. El propio mercado, conjunto a la globalización a provocado que la sociedad se comporte como una sociedad consumista, el cual, basa su vida en ella y expresa a través del consumo.
La sociedad de consumo llevo a al ciudadano al comportamiento de un consumista, donde, el quehacer diario sea dentro de estos parámetros del consumo. Ya no somos solo ciudadanos, con voz y voto, con opinión y juicio, sino más bien, somos ciudadanos que compramos y consumimos, que vivimos para consumir porque la vida se ha envuelto en mismo consumo. Donde todo es a través de la lógica del consumo, mientras más nos ofrecen, mas nos gusta, mientras menos no aceptamos. El ciudadano, ya no se comporta a través del moralista de Kant o la visión de Aristóteles, sino mas bien, el ciudadanos se ve envuelto en la lógica del consumo, en la oferta y demanda, en lo que le ofrecen y no. Somos ciudadanos consumistas y el consumo nos consumirá lo ciudadano.


Bibliografía

Bauman, Zygmunt. (1999) La globalización. Consecuencias humanas. México, DF.

Fondo de Cultura Económica.

(2000) Trabajo, consumismo y nuevos pobres. Barcelona. Gedisa.

(2007) Vida de consumo, Fondo de cultura económica.

Ulrich Beck. ¿Qué es globalización? Paidós, B. Aires. 1998.